Una historia violenta: David Cronenberg y un ensayo sobre la violencia

La violencia, en sus diferentes formas, ha acompañado al hombre desde su aparición en el planeta. Mucho se ha debatido al respecto y las conclusiones varían dependiendo los rasgos culturales de quien trate el tema. La sociedad se impacta ante una muestra de violencia, la cual, llega a ser con frecuencia, como señalara en su momento Octavio Paz, un recurso dialéctico de nuestra especie; Es así, se trata de una situación claramente inherente a nosotros, parte de nuestra interacción humana. El cine no es la excepción, la violencia es utilizada frecuentemente, la mayor parte de las veces como un lujo para impresionar al espectador y en menor medida como un recurso narrativo o parte de un discurso que funciona como el eje de un largometraje.

La violencia es precisamente el eje conductor del largometraje titulado Una historia violenta (A History of Violence, 2005) dirigido por el cineasta canadiense David Cronenberg. La película cuenta la historia de Tom Stall (Viggo Mortensen), propietario de un café en el pequeño poblado de Millbrook, Indiana. Cronenberg nos presenta a un personaje que encontramos responsable, cariñoso padre de familia y ejemplar conciudadano, el cual, funciona adecuadamente para la audiencia gracias a una muy eficaz interpretación de Mortensen. Stall es padre de dos hijos, el mayor llamado Jack (Ashton Holmes) y la menor que lleva por nombre Sarah; ambos tienen por madre a Edie (María Bello), esposa de Tom y mujer de igual forma ejemplar en su accionar tanto en el hogar como en su comunidad.

Desde los primeros planos, Cronenberg nos presenta su propuesta relacionada con la violencia; en primer lugar conocemos a un par de hombres que llevan a cabo un asesinato, sus motivos no son claros, el director nos permite imaginar esta acción como un simple placer de ciertos humanos debido principalmente a cuestiones morales. Esta primera escena del largometraje incluye un interesante plano secuencia en donde la violencia ocurre fuera de pantalla, detalle de calidad del director canadiense. Ambos hombres viajan a lo largo de los Estados Unidos, teniendo como único requisito no acercarse a las grandes ciudades. Por este motivo llegarán a Millbrook, un pequeño poblado que Cronenberg nos presenta a través de interesantes secuencias, las cuales nos permiten ver que se trata de una comunidad pequeña y unida, en la cual, difícilmente sucede algo extraordinario.

La narrativa nos lleva a Jack Stall, hijo mayor de Tom, de quien podemos ver, es un joven tranquilo que pone por delante la razón ante la violencia, incluso como una posible respuesta a la agresión. Jack es víctima de otro estudiante que trata de intimidarlo con amenazas que llegan posteriormente al hostigamiento físico; el objetivo principal de la provocación consiste en justificar un ulterior uso de violencia, como sucede muchas veces en nuestra sociedad. Jack resiste, sin embargo, llega el momento en que se alcanza un límite. Cronenberg nos muestra la primera perspectiva interesante en su largometraje: la violencia como un recurso, frenando la agresión innecesaria, buscando el respeto y la adecuada convivencia social.

El café de Tom es el siguiente escenario, en el cual, ocurrirá el suceso que detonará el conflicto central del largometraje. Los hombres que conocimos al inicio de la película irrumpirán en el café, ambos de forma agresiva pedirán ser atendidos, a lo que Tom responde amablemente que están por cerrar. La violencia es evidente, en este caso de forma verbal; En una secuencia espectacular y que lleva parte del sello de David Cronenberg, Tom reacciona de forma heroica, violenta y extraordinaria al detener el posible asesinato de una de sus meseras a manos de estos hombres, eliminándolos a ambos con un arma de fuego en un acto en defensa propia que lo convierte en un héroe local. Segunda perspectiva del cineasta: la violencia como un acto necesario buscando la supervivencia.

Tom es ahora una celebridad en Millbrook; el acontecimiento lo dejó herido pero convertido en un verdadero héroe que actuó para salvar la vida de las personas que se encontraban en ese momento en el café. El suceso lo pone en el ojo público, situación que lleva a Millbrook a Carl Fogarty (Ed Harris), mafioso de Filadelfia que llega al café de Tom y llama a este Joey Cusack. Las preguntas se abren para el espectador ¿Quién es en realidad Tom? ¿Es objetivo de una confusión o de un ajuste de cuentas? Las respuestas llegarán más adelante, sin embargo, Cronenberg, en la secuencia de la defensa heroica de Tom, ofreció explicaciones que cobrarían relevancia más adelante. ¿Acaso una persona normal reaccionaría de forma tan decidida y con tanta precisión para matar? La situación está en el aire ¿Quién es realmente Tom? ¿Cuál es su pasado?

La anterior pregunta cobra relevancia principalmente para la familia de Tom. ¿Con quién ha compartido Edie su vida todo este tiempo? Cronenberg nos regala una enérgica secuencia que se basa en el amor de Tom y Edie en donde el director nos ofrece una perspectiva más: la violencia como detonante de la excitación sexual y el placer humano. Mientras tanto, los hijos de Tom responden ante la mentira, principalmente Jack, quien tras haber golpeado al estudiante que le acosaba es reprimido por su padre con una bofetada debido a su violenta reacción. “En esta familia no resolvemos los problemas golpeando a las personas” dice Tom, a lo que Jack responde “No, en esta casa les disparamos”. Cronenberg nos muestra otra cara de la violencia, aquella que llega a ser necesaria para corregir en su formación a los hijos.

El resto de la historia muestra un ajuste de cuentas con Richie Cusack (William Hurt) y la secuencia final es de gran calidad con Tom, su familia y un perdón en el aire. Una historia violenta está basada en la novela gráfica del mismo nombre de John Wagner y Vince Locke de 1997. El guion fue adaptado para la pantalla grande por Josh Olson. La película fue recibida con críticas positivas, siendo nominada en un gran número de festivales, entre los cuales sobresale la Palme d’Or del Festival de Cannes. La adaptación del guion y la dirección de Cronenberg fueron ampliamente reconocidas, así como la interpretación de William Hurt en su papel, mismo que a pesar de tener únicamente ocho minutos en escena, mereció una nominación al Premio de la Academia por Mejor actor de reparto.

David Cronenberg mencionó al crítico Roger Ebert que el título puede interpretarse de diferentes formas: A) Un sujeto con un pasado violento. B) El histórico uso de la violencia en la especie humana. C) La violencia como eje de la evolución y la supervivencia del más fuerte. Cualquiera de las opciones que el espectador decida creer en relación a este gran largometraje será correcta. Se trata de un profundo ensayo fílmico por parte de Cronenberg, una interesante propuesta basada en nuestra convivencia como especie, en nuestra muchas veces violenta interacción. David Cronenberg nos muestra su postura relacionada con la violencia, misma que existe en diferentes niveles y que en algunos casos tiene un origen que puede ser totalmente opuesto, llegando a ser tan irracional como necesaria. El hombre, al igual que Tom, trata de dejar atrás un pasado sanguinario y desgarrador, mismo que sin embargo, emerge a cada momento y nos recuerda día tras día que la nuestra es Una historia violenta.

ahistoryofviolence


About this entry